Es la nueva moda en fotografía, un nuevo movimiento fotográfico que consiste en subirse a los rascacielos más altos de la ciudad, para fotografiar desde la máxima altura el paisaje urbano. Podríamos definir dicho movimiento como una nueva forma de fotografía extrema no apta para cardíacos.
Para conseguir unos resultados aceptables, se recomienda el uso de un gran angular, que ayude a reforzar la sensación de inmensidad, así como una apertura lo más pequeña posible del objetivo, permitiendo que todo lo que está bajo nosotros quede lo mejor definido que se pueda.
También es habitual incluir en este tipo de fotografía los pies del propio fotógrafo, que funcionan en la imagen como una especie de rúbrica que garantiza a autenticidad de la toma (piénsese en que es posible conseguir tomas similares desde un helicóptero con un buen zoom; lo que ya no sería roof topping).
El inventor de esta modalidad de fotografía urbana es el canadiense Tom Ryaboi, quien ya está empezando a desplazarse por las ciudades más altas del mundo para seguir con su peculiar viaje hacia el cielo.
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